Primero que nada cuando entre por primera vez a una valoración al consultorio me sentí nervioso porque no había tenido contacto como tal con paciente, así que sentí emoción y me enfoque en cómo era el trato hacia el paciente al realizar una historia clínica, después de eso al realizar la exploración física y las pruebas que se le aplicaron al paciente, me di una idea de que posible problema podía tener y me base en lo que el paciente sentía al momento de realizar las manipulaciones, después uno de los pasantes con los que entre a la valoración me dijo que estaba en lo correcto y me sentí emocionado por haber acertado en lo que yo pensaba. Debo admitir que desde la primera vez que entre con un compañero de practica más grande, el simple hecho de tomar signos vitales me puso nervioso porque como tal nunca lo había hecho más que practicando, pero no quería que los pacientes pensaran que no sabía o algo así, lo importante es que conforme lo vas haciendo más seguido, se te facilita más y poco a poco lo vas perfeccionando. Entre las nuevas cosas que aprendí fue utilizar dos agentes físicos al mismo tiempo y su uso correcto en el paciente, así como la forma en que se preparan los materiales antes de usarlos y los cuidados que deben tener. Después de haber entrado con diferentes pacientes y saber sus padecimientos, en algunas ocasiones di a mis compañeros de practica más grande algunas aportaciones en cuanto a sus tratamientos, eran algunas ideas en cuanto al trabajo de propiocepción y fuerza de algunos de los pacientes. Es una experiencia satisfactoria debido a que vas perdiendo el miedo y con el tiempo el trato hacia el paciente es más fácil y fluido, además de que adquieres más experiencia.  

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